Cuando comencé la mentoría estaba estancada, me sentía sin energía, que mi creatividad y esas ganas de tener proyectos nuevos con la profesión se estaban yendo, me sentía incómoda con el sistema y en algún punto presa de mis propios miedos al cambio.

Con la mentoría arranque un trabajo de adentro para afuera, me sentí acompañada y comprendida durante todo el proceso, empecé a notar cambios profundos y pequeños, como sentir más energía, estar más tranquila tanto mental como físicamente, mirar a mi alrrededor de una manera diferente, a no juzgar y sobretodo a tenerme compasión, me empecé a abrazar. 

A medida que pasaban los días y las ganas fueron volviendo, la energía aumentó, las ideas empezaron a surgir y las oportunidades a estar.

Gracias Pame por acompañarme y por enseñarme en base a tu experiencia tanto profesional como personal, por vincularse con otras partes de mi que desconocía y por asesorarme en varios aspectos tanto personales como profesionales. Siempre agradecida.